martes, 18 de febrero de 2014

Música para mis oídos

Música para mis oídos:

Cierro los ojos al ruido de la calle y los abro, metafóricamente hablando, a la calle que tengo en la mente. Las palabras brotan de mis dedos como hilos que se pierden en el trabajo de bordado que intento hacer, buscando el lugar que completar, la flor, nube o corona que deberían ayudar a embellecer. Repito, deberían. Porque mientras miro el documento de Word que tengo delante, vacío y terrible por eso, me asaltan las dudas: ¿es esto lo que quiero contar? He abierto la página por motivos que a veces no son comprensibles, y sigo escribiendo a pesar de que no paro de repetirme que esto no lleva a ningún sitio, que debería parar, que nadie va a leer esto, y que seguramente solo pase a engrosar la larga lista de entradas de un blog sutilmente ignorado en la bloggosfera. En eso pienso mientras mis dedos teclean furiosamente, como música para mis oídos. ¿En serio voy a publicar esto? No, claro que no. Esta clase de texto no encaja con el diseño rosa y azucarado de esta parte de la red, como los otros pensamientos que he compartido. Quizá debería seguir hablando de libros ya escritos y dejarme de inventar galletas de letras. Entonces, ¡¿por qué lo hago?! Será que me gusta tener todas estas dudas en la cabeza, que me asalten ferozmente, buscando un lugar donde clavarse y morder hasta que su veneno haga efecto, que me aparten cualquier otra idea alegre de la cabeza, manteniéndome centrada en ellos. Igual disfruto contando sus extraños delirios, o recordando lo desagradables que son, igual les dejo entrar con la excusa de la inspiración divina, podría ser que dejase que me alcanzasen como rayos, o que les permita meterse en mí como trozos de cristal afilado. O simplemente que me llenen, como música para mis oídos.

P.D.: Perdona las molestias que este texto pueda ocasionarte. Solo te recuerdo, si piensas criticarme, que este es mi rincón azucarado y rosa, y que en él puedo hacer lo que quiera.

2 comentarios:

  1. Maldita seas. Malditas seáis tú y tu capacidad tan odiosa de escribir maravillosamente bien. Odio tus palabras Ladevi, las odio y las recuerdo con felicidad a partes iguales. Haz el favor de escribir.






    Me vuelvo con Kvothe, a asesinar en mi mente a Denna.

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    Respuestas
    1. ¡¿CÓMO TE AGRADEZCO ESTO?! Solo decir miles de miles de gracias, y que escribiré como una posesa hasta acabar, lo JURO. Espero que compense ese comentario...
      Jejeje, ¡vuelve, vuelve, que no quede con un trozo de vida! (Y eso que digo que me cae bien...)

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