Las tejedoras de destinos:
Adelice Lewys sabe que su prodigioso don no pasará inadvertido a la Corporación, y que ella es justo lo que están buscando. Su capacidad asombrosa para tejer los intricados hilos que componen el tejido que forma todo lo que existe, para ver a su alrededor esta delicada trama, hace que deba andar con más precaución que el resto de las candidatas a tejedoras de su ciudad. Ella sabe que todo lo que la Corporación promete a cambio de una vida dedicada a bordar la esencia de Arras significa también abandonar todo lo que conoce y quiere para adentrarse en los muros del coventri y vivir una vida allí, lejos del mundo, pero a la vez, muy cerca de toda criatura. Si en las pruebas llama la atención, y creen que pueda tener el don para tejer Arras como una hilandera, la seleccionarán como posible tejedora futura, la llevarán al coventri, la cubrirán de privilegios, dándole riqueza, belleza y juventud eterna; le enseñarán a bordar y habrá alcanzado el sueño de toda chica. Pero un cargo de semejante magnitud tiene también sus inconvenientes: será, junto con las demás tejedoras, la encargada de bordar y tejer, reparar y extraer, la esencia del mundo. Y es que cuando todo lo que conocemos forma un intricado tejido que solo ciertas personas pueden ver, con solo tocar una hebra, con un pequeño toque, toda la red puede tambalearse.
Este libro me llamó mucho la atención por su argumento, muy original y pocas veces visto, y por su preciosa edición, sobre todo la portada. La historia trata un tema sorprendentemente nuevo, donde el mundo es una red que puede ser entretejida a voluntad por unas pocas personas en telares, como si de una tela se tratase. Me ha gustado por su originalidad y por sus personajes. La protagonista tiene mucha más fuerza de lo que se puede pensar en un primer momento, no se para a lamentar lo que le ocurre, aunque a veces actúa sin meditar, es inteligente y no se desmorona con facilidad, a pesar de todo lo que tiene que pasar. Los secundarios están bien definidos y cada uno actúa de una forma, de vez en cuando se exageran sus reacciones, pero están muy bien estructurados. Sobre la historia, en algunos momentos es un poco predecible, pero da giros que no se esperan y el final crea la intriga necesaria para que se pueda querer leer la segunda parte. Me he gustado, si bien, el mundo tan complejo que la autora ha creado resulta algo lioso, sobre todo hasta que la historia no llega a la mitad. Espero que en la segunda parte se corrijan estos pequeños fallos y se mantenga el nivel de originalidad del primer libro, que me ha gustado bastante.
Alfaguara, 2013, Madrid
Gennifer Albin
Título original: Crewel
Además de libros, tenía galletas, especiales, deliciosas, pues estaban hechas de letras. Si tenías la suerte de probarlas, comprobabas, con sorpresa, asombro o simplemente curiosidad, como eran del sabor que esperabas. Y, todos, al ver que una vez más había acertado, se hacían la misma pregunta: ¿Cómo lo sabía?
lunes, 1 de julio de 2013
Las tejedoras de destinos
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